Sin lugar a dudas, uno de los mayores inconvenientes que podemos sufrir en nuestro hogar es que nos dé problemas la caldera de gas. No suele suceder, pero cómo fastidia cuando pasa, ¿verdad?

Siempre y cuando la instalación y el mantenimiento de la misma en adecuados, es algo poco habitual. Ahora bien, cuando hay alguna avería, necesitamos solucionarla lo más rápido posible.

Por ello, vamos a definir las seis averías más comunes que ocurren en una caldera de gas. Algunas de estas averías son fáciles de arreglar, ¡pero mucho cuidado con meter mano sin tener los conocimientos adecuados!

Debemos tener claro en todo momento que estamos manipulando una caldera de gas con agua y electricidad, lo que puede ser muy peligroso bajo riesgo de explosión. Además, la mayoría de las calderas actuales incluyen una placa electrónica de control que dificulta mucho las reparaciones y puede originar el problema.

De ahí que la mejor solución sea ponerte en contacto con profesionales de confianza. En JMM contamos con una amplia experiencia. Puedes saber más sobre nuestro servicio de reparación de calderas o sobre nuestro servicio técnico.

Problemas y averías comunes en Calderas de Gas

A continuación, damos unas pautas de los posibles problemas y soluciones, aunque lo mejor es siempre llamar a un técnico oficial como JMM puesto que solo los profesionales conocen todo el circuito y la electrónica oculta de nuestra caldera.

1. Falta de Gas

Hay veces que realmente no existe una avería como tal, ¡se trata simplemente de un despiste! Por ejemplo, pongámonos en el caso de que la caldera haga chispa, pero no llega a encenderse el quemador. Puede que el problema simplemente se deba a que a la caldera le falta gas.

Por eso, si ves que esto sucede, lo primero que te recomendamos hacer es comprobar que todas las llaves del gas estén abiertas, el contador en orden y que llega gas a su vivienda.

2. Presión del Agua de la Caldera

Otra de las averías más comunes es que tengamos problemas con el calentamiento del gua no alcanza la temperatura deseada y vemos que la caldera no se enciende y la presión marca 0. Efectivamente, el problema lo tenemos con la presión del agua.

Dependiendo de si el problema viene de un exceso o un defecto, la presión de agua puede ocasionar distintos problemas. Para que la presión sea la correcta debe estar entre 1 y 1,5 bares con los radiadores fríos. Lo normal es que ascienda hasta 2 bares con la calefacción encendida.

Si la presión es baja constantemente, podemos tener una fuga en la instalación. Revisar todas las uniones entre los radiadores, purgadores y tuberías. También hay que controlar el sensor y el presostato del agua para asegurarnos que no está desconectado.

Si, por el contrario, la presión del agua es más alta de lo normal, el problema puede venir tanto de la instalación, como de la válvula de seguridad como del vaso de expansión.

Para corregir los niveles de presión y solucionar la avería, hay que manipular la llave de llenado de la caldera hasta que el manómetro marque 1,5.  Si tienes un mínimo de conocimiento, puedes hacerlo tú mismo, sin ningún problema.

3. Bloqueo de la Bomba de Recirculación

Hay veces que podemos encontrarnos con problemas de lo más extraños. Uno de ellos es cuando nuestro sistema ACS funciona, pero los radiadores están fríos. La temperatura sube muy rápido y de repente se apaga.

El problema puede venir de un sensor estropeado o un defecto en el cableado, provocando que se bloquee la bomba de circulación de calefacción. Es un problema grave y requiere la ayuda de un servicio técnico oficial que conozca la instalación y que así solucione la avería desbloqueando la bomba.

4. Obstrucción en la Salida de Humos

En otras ocasiones, puede suceder que la caldera no se enciende y aparece un error. En este sentido, lo más probable es que la caldera esté bloqueada. Si se observa carbonilla (capa fina de humos) debajo del calentador indica que el serpentín está sucio y que la salida de humos está obstruida.

Lo que está sucediendo, con este bloqueo, es que el monóxido de carbono que desprende la caldera no se está evacuando por el conducto de salida y la caldera se bloquea para proteger el hogar de los gases tóxicos.

Se trata de un problema muy grave porque el humo es peligroso de respirar. Si notamos un olor a gas, hay que dejar de usar la caldera hasta que venga el técnico, el cual se tendrá que encargar de desmontar la caldera y de limpiarla convenientemente.

5. Fallo de la Sonda de Temperatura de ACS

Algunas veces puede que nos encontremos con la siguiente anomalía. Funciona el ACS, pero no se enciende la llama o no funciona la calefacción, pero no se alcanza la temperatura deseada. Normalmente, la caldera hace chispa pero no se enciende. No sale agua caliente.

En este supuesto, lo primero que hay que hacer es comprobar el quemador (la llama) para comprobar si se enciende o no. Si no se enciende, es posible que sea el fluxómetro o la sonda que estén defectuosos o sucios.

Un problema con la sonda podrá encajar con este problema, puesto que esta pieza es la que se encarga de comprobar la temperatura del agua caliente sanitaria (ACS) para dar la orden de calentarla más o no. Si esta pieza falla, lo mejor es llamar a un especialista que averigüe cuál de las causas puede hacer que no caliente.

6. Error en la Válvula de 3 Vías

Pongámonos en el supuesto anterior, funciona el agua caliente, pero no se enciende la calefacción. Por otro lado, se ha comprobado que el termostato funciona correctamente y se ha comprobado que la temperatura marcada es la adecuada, corroborando que no haya un cable de conexión suelto o que el termostato no tenga las pilas agotadas.

También se puede dar otra situación curiosa y que no salga agua caliente, a no ser que se encienda la calefacción o que, en el menor de los casos, salga agua tibia.

En todos los casos anteriores, el problema se puede deber a un fallo en la válvula de tres vías de la caldera, la cual conecta las instalaciones de calefacción y ACS. En este tipo de situaciones, lo mejor es llamar a un profesional para que solucione la avería.

Cada una de estas averías tiene sus particularidades. Por eso, si no quieres tener ningún problema, lo mejor es llevar a cabo un correcto mantenimiento y no forzar la caldera. Con ello, conseguirás que tenga menos averías y alargar su vida útil.