Si tu caldera está dando problemas, es normal que estés buscando cambiar de caldera. Es más, si estás pensando en ahorra, al máximo, puede que incluso se te haya pasado por la cabeza comprar una caldera de segunda mano.
Aquí, vamos a ver las ventajas e inconvenientes de la adquisición de una caldera de segunda mano. En muchos portales de internet, ha aumentado la venta de este tipo de productos. La cuestión de fondo es: ¿se trata de una opción fiable o no? ¡Vamos a verlo!
¿Por qué comprar una Caldera de Segunda Mano?
Un profesional nunca te va a recomendar que adquieras una caldera de gas de segunda mano, ¡así de claro! Si, aun así, decidieras comprarla, solo hay una razón: el dinero. Efectivamente, una caldera de segunda mano es mucho más económica que una de primera mano.
Por ejemplo, navegando por alguno de los portales de segunda mano, puedes encontrar calderas de alrededor de 1.000€, cuando de primera mano podían costar el doble. Por supuesto, hay precios más reducidos que van desde los 50 hasta los 400€.
Razones para no comprar una Caldera de Segunda Mano
Ahora, vamos a ver aquellos motivos por los que comprar una caldera de segunda mano no es la mejor solución. Como os vamos a mostrar, lo barato suele salir muy caro. Si necesitáis más información sobre la instalación de calderas de gas, ¡consúltanos!
Coste No Incluido
Cuando se adquiere una caldera de primera mano, sabes exactamente lo que te cuesta, al adquirirlo con un proveedor de confianza. Así, se incluye la instalación de la caldera, como es normal. Por ejemplo, si adquieres una caldera Ferroli, un instalador especializado en ese tipo de calderas irá a tu hogar y la instalará, sin mayores problemas.
Ahora bien, si adquieres la caldera a un particular, ¿quién se encargará de su instalación? Además del coste del producto en sí, el cual parece mucho más rebajado que uno de primera mano, tendrás que contratar a alguien que sepa hacerlo, con su correspondiente coste.
Si la instalación lleva mucho tiempo, el coste de mano de obra puede ser bastante abultado. Otra opción es que lo hagas por tus propios medios, pero si no tienes experiencia el resultado puede ser mucho peor.
Garantía de la Caldera de Gas
La Ley de Garantías de Bienes de Consumo establece un mínimo de 2 años de garantía para una caldera de gas, desde su compra. Por supuesto, en el caso de una caldera de segunda mano no tienes este tipo de garantía, evidentemente.
Esta cobertura incluye factores como una instalación inadecuada o algún defecto de la propia caldera. Cuando ese trata de un producto de segunda mano, no hay una cobertura, a no ser que la primera compra fuera anterior a los 2 años, ¡algo muy improbable!
Cabe recalcar que cualquier avería o defecto que surja, a partir de la misma compra, no tiene una garantía vigente que lo cubra, ¡tendrás que asumir todos los gastos desde el primer momento!
Mayor Antigüedad de la Caldera
Comprar una caldera de segunda mano supone tener una caldera más antigua, con todos los problemas que ello conlleva. Con el paso del tiempo, lo más habitual es que los fallos y averías sean cada vez más graves y más caros de reparar.
Por ejemplo, antes hemos visto que la venta de una caldera de gas de primerísima calidad por 400€. Eso sí, hablamos de una caldera con cerca de 10 años de antigüedad. Precisamente, ya pudimos ver que la vida útil de una caldera suele tener en torno a 10 años. En este caso, estaríamos pagando 400€, más los gastos de instalación, por una caldera que perfectamente se podría romper en cualquier momento.
De la misma forma, el problema de que una caldera tenga más tiempo es que se disponen de menos repuestos. Por lo tanto, cada vez que hay una avería, es más probable que el técnico no pueda encontrar la pieza adecuada para su repuesto.
Consumo Energético y Peor Eficiencia
Relacionado con la antigüedad, una caldera de segunda mano es menos eficiente que una nueva. Una caldera más antigua es menos eficiente, no rinde al mismo nivel, lejos del 100%. Si no es de condensación, su rendimiento es todavía inferior.
Esto se traduce en que su funcionamiento será menos eficiente y con diversos problemas. Por si fuera poco, el consumo será mucho mayor si se quiere conseguir la misma sensación de bienestar. La consecuencia es obvia, la factura del gas se verá incrementada notablemente.
Con una caldera de condensación de primera mano, puedes llegar a ahorrar entre un 25 y un 30% en la factura del gas. La amortización en el cambio de una caldera, tal y como vimos hace tiempo, se produce alrededor de los 4 años de su adquisición, incluso en menos tiempo. No es mucho tiempo, ¿verdad?
Como puedes ver, el precio es la única ventaja de comprar una caldera de gas de segunda mano y, en según qué ocasiones, puede que ni siquiera eso. Si buscabas razones para su compra, ¡lo sentimos! No podemos aconsejarlo.