¿Estás pensando en instalar una caldera de gas de condensación? Si es así, lo mejor es que cuente con la mejor tecnología, ya que a la larga te permitirá un mayor ahorro energético y, por ende, de un mayor ahorro en la factura.
En este sentido, nuestra recomendación para aprovechar al máximo dicho ahorro es que en la instalación incorporemos un termostato modulante, el cual es evidente que solo es compatible con nuevas calderas que permitan su conexión, también denominadas modulantes.
En este post, nos queremos centrar en la importancia de los termostatos modulantes. Para ello, os vamos a hablar de sus diferencias con un termostato convencional. Recuerda que en JMM instalamos calderas de condensación de gas que pueden incluir termostato modulante, ¡consúltanos!
¿Qué es un termostato modulante?
Tal y como podréis imaginar. Recibe este nombre por su capacidad de modular el rendimiento de la caldera, ya que están conectados de forma permanente. Esto hace que, en función de una serie de parámetros, donde se encuentra la temperatura ambiente, pero también la previsión en tiempo real de cómo va a variar, hace que la caldera adapte su esfuerzo.
Es decir, gracias a la conexión entre termostato y la caldera, se le ofrecen datos en tiempo real a la misma, la cual modula la potencia del quemador o de la bomba, adaptándose en todo momento a los cambios internos de temperatura.
Además, debido a la sonda que incluye en el exterior de la vivienda, o mediante gps opcional, detecta las variaciones de temperatura en exterior, haciendo una previsión de si la vivienda se va a enfriar o no posteriormente.
Diferencia entre termostato modulante y convencional
Cuando hablamos de un termostato convencional, nos referimos al denominado como on/off o de apagado y encendido.
Este termostato te permite tener el hogar a una determinada temperatura, pero a un coste mayor en cuanto al trabajo de la caldera, ya que comienza a funcionar a máxima potencia cuando se baja de esta temperatura y se para en seco una vez alcanzada, reiniciándose de nuevo en el momento en el que vuelva a bajar.
Es lo más natural, y es la manera en la que hemos calentado nuestro hogar durante muchos años. Mediante este sistema, la caldera trabaja a todo gas -nunca mejor dicho- con picos máximos de potencia, por lo que su esfuerzo es mucho mayor.
Sin embargo, con una caldera modulante y su correspondiente termostato, la caldera se regula. Así, trabaja a una mayor potencia cuando está a un margen mayor para alcanzar la temperatura deseada, sin llegar necesariamente a su máxima potencia, reduciéndose de manera paulatina conforme se acerca a esa temperatura marcada.
Beneficios del termostato modulante
Con las características que os acabamos de mencionar, es evidente cuáles son los principales beneficios de un termostato modulante.
Cuando una caldera trabaja a máxima potencia, mediante un sistema de arranque/parada, consume mucha más energía y esfuerzo que en el caso de una caldera modulante, ya que trabaja a medio gas prácticamente todo el tiempo. Esto supone un ahorro en costes bastante importante.
Pongamos un ejemplo. La caldera Bluehelix Pro 25-32, la cual ofrece unas excelentes prestaciones, puede llegar a ahorrar hasta un 15% si se incorpora la conexión de un cronomando y sonda externa
Por su parte, una caldera que trabaja a máxima potencia tiene un mayor riesgo de avería, mientras que una caldera con termostato modulante no hace estos grandes esfuerzos que pueden suponer su rotura. Por lo tanto, también ahorrarás en mantenimiento de la caldera, ¿no te parece perfecto?
Como puedes observar, el termostato modulante es perfecto para no tener problemas con nuestro sistema de calefacción, adaptándose a la temperatura y realizando un esfuerzo regular y constante para estar en nuestro hogar de la manera más cómoda posible.